Con apenas 19 años de edad, María Luz Casadevall ya se vislumbra como una de las futuras promesas de una disciplina que no tiene demasiada tradición en nuestro país, el levantamiento de pesas. La santafesina mantuvo una divertida entrevista con La Central Deportiva (Cadena 3 Santa Fe 101.7), donde reconoció que “tenía ganas de trascender a través de un deporte”.
Ese deseo es el motivo principal que explica por qué abandonó otra actividad que practicó durante diez años en ese gran semillero de atletas que es el Club Atlético San Jorge. “Desde los 3 años hasta los 13 hice gimnasia artística. Me encantaba, pero no era buena. Yo quería trascender a través de un deporte y veía que con la gimnasia no iba a hacerlo”, confesó.
Fue así que, con la llegada de un nuevo entrenador al club y fundamentalmente con la propuesta de su papá (es profesor de musculación), Luz se pasó a las pesas y reveló que fue amor a primera vista. “Desde el primer día que levanté pesas, supe que quería clasificar a un juego olímpico”, describió.
Casadevall no se pone techo en sus aspiraciones y no titubea al decirlo: “Mi sueño es ser medallista mundial y olímpica”. Claro está que, para llegar a un JJ.OO., primero hay que clasificar. Y más allá de las particularidades que la pandemia ha generado en el camino a Tokio, entre los pesistas santafesinos hay una historia muy especial.
DEPORTE Y AMOR
Hay una sola plaza disponible (por invitación), sin distinción de género. Sólo habrá un representante argentino y son tres los candidatos que buscan serlo. Además de Casadevall, quienes aspiran a obtener ese cupo olímpico son Tatiana Ullua y Maximiliano Kienitz, quien además es el novio de Luz. La propia protagonista lo relató en un tramo muy divertido de la entrevista.
“Hablamos del tema bastante seguido, pero yo no le cuento todo”, admitió entre risas, develando cuál es su estrategia. “La idea es que se relaje y no sepa cuántos kilos estoy levantando”, bromeó la santafesina. No obstante, a un año de su gran participación en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, donde hizo una marca de 88 kilos de arranque y 108 de envión (196 total olímpico), sigue dando muestras de su crecimiento y hoy subió su marca a 90 kilos de arranque y 113 de envión (203 total).
Una historia de novela con actriz principal, un galán enamorado y hasta una tercera en discordia, todos persiguiendo el mismo objetivo, el de representar a Argentina en tierras niponas.
Fuente: Cadena 3