Por la segunda jornada del grupo A, la Selección Argentina derrotó a Uruguay con un golazo de Guido Rodríguez y comparte el primer puesto junto a los chilenos. Uruguay estuvo cerca del empate pero se encontró con un sólido Emi Martínez. La defensa del equipo nacional mejoró su rendimiento, mientras que Lionel Messi fue nuevamente la figura.
Había que ganar y ganó. Eso es lo importante. Con lo justo, pero con un interesante recambio de jugadores, venció por la mínima a un siempre aguerrido Uruguay y obtuvo su primer triunfo en esta Copa América. Atrás quedó la floja imagen que había mostrado en el debut ante Chile y ahora sí, Argentina se pone el traje de candidato.
Desde el costado izquierdo y tras superar a dos rivales, Messi envió el centro que cruzó toda el área y allí apareció el futbolista del Betis para cambiarle el recorrido al balón con un terrible golpe de cabeza que dejó sin chances al arquero Muslera. ¡Mirá el tanto de Guido Rodríguez!
A partir de allí, el partido se puso más entretenido y ambas selecciones tuvieron algunas chances de convertir otro gol, aunque finalmente el resultado fue por la mínima diferencia a favor de los dirigidos por Lionel Scaloni, que en el Estadio Mané Garrincha de Brasilia volvieron a sumar de a tres.
Varios puntos positivos se vieron en el conjunto nacional, como por ejemplo las actuaciones de Cristian Romero y Nicolás Otamendi en la zaga central: ambos supieron resolver de buena manera los cruces ante semejante delantera charrúa. Marcos Acuña, por su parte, pudo proyectarse muchas veces y mostró un interesante ida y vuelta por su carril, lo que le permitió asociarse con el 10 argentino, otra vez figura absoluta de la Selección. La clave estuvo en la mitad de la cancha, con el trío compuesto por Lo Celso, Rodríguez y De Paul: allí ganó gran parte del clásico del Río de la Plata.
Argentina, que lidera el grupo A con cuatro puntos (junto a Chile), se cruzará el próximo lunes frente a Paraguay, e intentará repetir los buenos pasajes que tuvo en el duelo ante Uruguay y buscará seguir en lo más alto de la tabla de posiciones.