Copa out

Rosario Central se plantó en Brasil a disputar el partido revancha de los cuartos de final de la Copa Conmebol Sudamericana ante Bragantino y debía jugársela al todo o nada. Finalmente, fue nada a pesar que dejó todo. Hizo el gasto pero no le alcanzó. La derrota 5 a 3 en el global de la serie, lo margina de la competencia.

Era una parada brava, con resultado adverso, en tierras brasileras y sin embargo, el equipo del Kily estuvo a la altura de las circunstancias. Con mucha actitud desde el inicio, fue en busca de la hazaña. Generó varias situaciones de gol, dominó al rival durante gran parte del partido, compitió de igual a igual y no se entregó nunca. En el podio de los más destacados estuvieron Ojeda, Ruben y Vecchio, el resto también cumplieron aceptablemente. El más desconectado fue Caraglio, que no tuvo un buen partido. Sobre el final, llegó el gol del bueno de Artur para sellar la historia.

Lamentablemente, hubo otro escollo al que tuvo que enfrentarse y padecer y que sin dudas cambió el rumbo del partido. Se trata del mal utilizado VAR, que llegó al fútbol para ayudar a impartir justicia y lo que más está generando es polémica y confusión. Esta herramienta tecnológica, al igual que en otros deportes, debe estar al servicio del árbitro cuando él o sus asistentes tengan dudas puntuales y sean ellos los que soliciten revisar la jugada. En el gol convertido por Marco Ruben a los ocho minutos del partido, tanto al juez principal como el de línea, en tiempo real no les quedó ninguna duda. Desde otro sector, con 12 monitores, le avisaron que el delantero estaba imperceptiblemente adelantado.

Sumado a esto, en el segundo tiempo hubo otro gol anulado a Ruben y en esta oportunidad fue el árbitro, que estando muy bien ubicado, decidió marcar una falta en ataque que en las diferentes imágenes observadas no existió y ahí, los de la cabina no intercedieron para revertir el fallo. Falta de criterios en la utilización, terminan haciendo que esta herramienta sea poco útil.

Queda la sensación de que se podría haber logrado la clasificación, pero Central terminó pagando caro los errores del partido de ida y sobre todo, los errores en la gestión de refuerzos de jerarquía que nunca llegaron durante el receso, donde hubo tiempo suficiente, sabiendo que el principal objetivo de este semestre era la Copa.

Ahora, el plantel deberá cambiar el chip copero y ponerse en modo clásico para empezar a sumar en el campeonato local que descuidó bastante.