No importa el día ni el horario que juegue, tampoco si es local o visitante. Este plantel de Rosario Central no reacciona, está literalmente tirado en el campo de juego.
Volvió a perder, esta vez ante Lanús por 3 a 1 y nuevamente se evidenciaron errores conceptuales, sobre todo en la zona defensiva.
Somoza no encuentra la salida de este laberinto en el que se metió. Los jugadores, que lucen abatidos y faltos de actitud, no contribuyen demasiado para escapar de este mal momento. Por el contrario, lo profundizan.
Pero todo esto, es un fiel reflejo del contexto en el que vive la institución por absoluta responsabilidad dirigencial, que a pocos meses de finalizar su segundo mandato, no han hecho más que improvisar permanentemente sin tener un pleno conocimiento de la industria del fútbol.