Cuando la pelota está detenida, lo que se mueve a todo ritmo es el mercado de pases. El mundo del fútbol está atento a todo lo que ocurra y los hinchas siguen el día a día para ver qué refuerzo llega a su equipo.
En Rosario Central, todo pareciera ser más complejo y así lo indican las estadísticas cuando se abrieron los libros de pases de los últimos años. Se nombra a uno que no llega nunca y aparece otro que nadie conocía. Eso, no sería tan grave si el desconocido se suma y la rompe jugando, pero no, todo lo contrario, esos futbolistas terminan la temporada sumando pocos minutos y son relegados. Entonces aparece la pregunta del millón, para que lo trajimos?
El Kily González fue claro en la necesidad que tenía el plantel. Fue muy preciso en lo que se debería ir a buscar, sin embargo, a menos de 48 horas para iniciar la pretemporada, no se cerraron los refuerzos que solicitó.
El arquero Gaspar Servio es el único que tiene todo acordado e incluso, pudo resolver con Guaraní de Paraguay su salida y de esta manera, Central no tendrá que abonar un préstamo. Aunque aún, falta la firma.
El resto de los futbolistas que se mencionaron, siguen en negociaciones y los temas burocráticos y administrativos, sumado a la falta de billetes en la caja grande, dilatan todo.
Otra cuestión inconclusa, es saber quienes acompañaran al Kily en el cuerpo técnico. Las bajas de “pastilla” Ordóñez y “petaco” Carbonari aún no tienen reemplazantes. Muy raro todo siendo que hubo tiempo suficiente. En fin, los hinchas seguimos teniendo la sensación de que hay una marcada improvisación en cada receso entre temporadas y los resultados posteriores, así lo avalan.