El pasado domingo 28 de noviembre hubo un partido en el Gigante: por la fecha 23 de la LFP jugaron Central y River, que llegaba a Rosario con un nuevo título bajo el brazo.
Terminaron empatando 2 a 2 en un gran encuentro en el que los del Kily superaron a los de Gallardo durante gran parte del cotejo tanto en el juego como en el marcador. Los millonarios, cuando aceleraron, lograron empatar con dos golazos de Palavecino.
Pero todo eso pasó a un segundo plano simplemente porque en cancha estuvo Marco Gastón Ruben haciendo de las suyas y todos los ojos estaban posados en él.
Luego del triplete convertido en Santa Fe, que lo había dejado cerca de conquistar el primer puesto del podio entre los máximos goleadores, las expectativas de todo el pueblo canalla en la previa eran que el nueve de oro haga historia alcanzando la marca récord.
No solo que logró el gol número 98 de una manera exquisita metiendo un taco, con caño incluído, para desatar la locura de los hinchas, sino que fue por más y en el segundo tiempo, tras una gran jugada colectiva, el 9 cantó 99 tras un vuelo inmortal para conectar de cabeza y hacer delirar al Gigante y a toda la canallada presente que disfrutaron de un verdadero animal del gol único e irrepetible.
Marco Gastón Ruben, ese mismo que de purrete lleva a Central en el corazón y soñaba con vestir la camiseta, se convirtió en leyenda, mito viviente, ídolo, campeón y ahora también, en el máximo goleador dentro de la gran historia de Rosario Central.
Todos los hinchas guardaremos en nuestras retinas y en nuestros corazones lo que se vivió en Arroyito. Fue una verdadera fiesta. Un hecho histórico con un protagonista de lujo en un día donde conjugaron todos los condimentos necesarios para ser épico.
Estaremos eternamente agradecidos por todo lo que le diste al club y por esos 99 goles, aunque sabemos que irás por algunas conquistas más.
Foto: gentileza de Diego “Teto” Díaz.