Messi era un nene con juguete nuevo, algo que soñó toda su vida, y que el puto destino se lo negó tres veces.
Finalmente, por obra divina -¿de D10S?- la selección argentina se sacó la mufa y gritó campeón.
No fue su mejor partido en la Copa América, pero fue diferente, parecía como que lo necesitaba, hasta el último minuto corrió y trabó como nunca.
Mejor jugador, máximo goleador, y campeón, una copa totalmente soñada para el 10, que quedará en la historia como aquella que consagró a una generación comandada por Messi.
Muchos soldados quedaron en el camino, y Scaloni también se las dedicó a ellos: “Quiero dedicarle el triunfo a mi vieja, a toda mi familia, a mi pueblo, Pujato y no olvidarme de los chicos que han intentado ganar la Copa. Es para ellos también”.
Leo tampoco se olvidó de su ciudad: “Me dijeron que la gente está festejando en todos lados. Le quiero agradecer a la gente de Rosario por el reconocimiento que me hicieron en el Monumento”.
Y el astro del fútbol mundial, continuó: “Necesitaba sacarme la espina de poder conseguir algo con la Selección, había estado muy cerca muchísimos años. Sabía que algún momento se iba a torcer, se iba a dar y creo que no hay mejor momento que este.”
Vení, vení, cantá conmigo, que un amigo vas a encontrar, que de la mano de Leo Messi, ¡todos la vuelta vamos a dar!
El fútbol sonríe una vez más, y el Diego seguramente también: Messi es campeón de América.