Qué difícil se hace el día a día para los hinchas y socios de Rosario Central. Cómo se le falta el respeto sistemáticamente desde la dirigencia.
Los asociados somos los dueños genuinos de la institución, sin embargo, a las autoridades parece no importarles demasiado y siguen con las pésimas gestiones.
El plantel profesional de fútbol que conduce Cristian González ya empezó a perder. Y no solamente por el amistoso jugado el pasado sábado en el que cayó derrotado por dos goles contra uno ante Unión de Santa Fe. Sino que me refiero a la pérdida de tiempo en la preparación de un plantel con aspiraciones de ser competitivo faltando diez días para que comience un nuevo torneo.
Los contratiempos, las negociaciones que no prosperan, las “novelas” que se dilatan más de la cuenta y la tardanza en reforzar la zona donde más urgencias había, hacen que se llegue al período competitivo en desventaja y con las pretensiones muy bajas.
Los amistosos de pretemporada siempre sirven para medir, evaluar, sacar conclusiones y proyectar lo que viene. Y lo que se observó hasta el momento, es mucha improvisación y mediocridad.
El primer partido se jugó frente a Juventud Unida de Gualeguaychú, claramente un rival de menor fuste. Lejos de ganar holgadamente, para que el equipo sume confianza, Central lo superó por la mínima diferencia.
Ante Unión, un rival que se asemeja en las fuerzas y compite en la misma categoría, volvió a defeccionar y los goles rivales, convertidos de cabeza, evidenciaron una vez más que es inminente reforzar con jerarquía la zona defensiva y trabajar mucho en ese aspecto que, sin dudas, es el punto más débil del ciclo Kily.
Los hinchas exigimos y con mucha razón. La dirigencia, en cada mercado de pases se supera, pero para peor. Aún cuando parece que peor que el anterior no se puede realizar. En definitiva, somos los hinchas los que siempre estamos, pero también, somos quienes pagamos las consecuencias de las malas administraciones.