Unos en cuartos, otros en cuatro

Rosario Central ya se metió en los cuartos de final de la Copa Conmebol Sudamericana. El equipo del Kily aprovechó ese guiño que la suerte le hizo cuando se sortearon los octavos y le tocó el Deportivo Táchira. En la serie, fue mejor que los venezolanos y anoche quedó demostrado. El marcador global quedó 3 a 2 pero pudo haber sido mucho más holgado.

Con todas las bajas de jugadores claves y los problemas atravesados en la previa, el equipo tuvo la actitud necesaria para sacar adelante el partido y lo logró. Un grupo poblado de juveniles surgidos en la cantera se pusieron al servicio de Emiliano Vecchio, quien asumió su rol de referente y absorbió la presión en una fase eliminatoria. Jugó e hizo jugar al resto. Asistió y convirtió un golazo fabricando una gran jugada a pura técnica de potrero. Sin dudas, anoche fue el mejor de la cancha.

En el primer tiempo, Central dominó la pelota y los tiempos del encuentro. Generó varias opciones de gol, en algunas faltó precisión a la hora de definir y en otras apareció el arquero rival Cristopher Varela convirtiéndose en figura con atajadas muy buenas. Sobre el final, Vecchio puso el 1 a 0 y empezaba a asegurarse el pasaje.

La segunda mitad no tuvo grandes modificaciones en el desarrollo. Los del Kily, con paciencia, manejaron el trámite en base a una buena tenencia de pelota y tuvo algunos contragolpes apelando a la velocidad de Alan Marinelli, que tuvo su chance y otra vez el arquero evitó que convirtiera. Con más empuje que fútbol, Táchira se adelantó unos metros en el campo y con aproximaciones aisladas más algunas pelotas paradas, exigieron a Juan Pablo Romero que intervino de manera correcta sosteniendo el arco en cero.

Una noche que fue completa ya que el resultado final otorgó la clasificación a la siguiente fase, pero también se recuperó el Gigante, nuestra casa, para otra noche copera. Además, merece una mención especial el gran recibimiento que los hinchas le hicieron al plantel en las adyacencias del estadio: un show de luces, color y calor al estilo del pueblo canalla para acompañar al equipo. Otro hecho destacable fue el homenaje a Ángel Di María con una bandera detrás del arco que rezaba: “Argentina la merecía, Di María se la regaló”.